Verso en que se describe el encuentro entre "La Virgen y El Culebrón", bestia que se aparece en los sectores cordilleranos y de tanto en tanto visita las ciudades.
En la cordillera helada
Se escondía el Culebrón
Para algunos fue visión
Por los fieles relatada.
Rocas tristes y pesadas
Cobijaban al lagarto
Nacido desde ese parto
De una bestia tan maleva
Que las niñas se las lleva
Provocando cien infartos.
La bestia tiene pasado
Como hombre muy normal
Lejos del bien y del mal
Ni alegre era, ni enojado.
Ni hablador ni muy callado
Era tibio en todo juicio
Aunque tenía prejuicios
Con los fieles que fumaban
Sin saber que le miraba
Espectro de maleficio.
Un buen día en Procesión
La Virgen se va encontrando
Con sorpresa lo va mirando
Lo interroga con pasión.
Todos sienten emoción
Por la voz que le contesta
Melancólica respuesta
Al escuchar su destino
Es tan triste su camino
Que no llore bien le cuesta.
Cierto día le ofrecieron
Riqueza, grandes monedas
Llenas muchas bodegas
Con quilates le dijeron.
No supo que le mintieron
Para su alma un dilema
Traicionar en forma extrema
A una cierta cofradía
Que danzaba en armonía
Todo por algunas gemas.
En la cueva se metió
Buscando las riquezas
Que al final son su pobreza
Y su cuerpo convirtió.
Engañado se quedó
Muy oculto en cordillera
Combatiendo con las fieras
Llorando su soledad,
Por su tibia liviandad
Corazón tiene de piedra.
En la cordillera helada
Se escondía el Culebrón
Para algunos fue visión
Por los fieles relatada.
Rocas tristes y pesadas
Cobijaban al lagarto
Nacido desde ese parto
De una bestia tan maleva
Que las niñas se las lleva
Provocando cien infartos.
La bestia tiene pasado
Como hombre muy normal
Lejos del bien y del mal
Ni alegre era, ni enojado.
Ni hablador ni muy callado
Era tibio en todo juicio
Aunque tenía prejuicios
Con los fieles que fumaban
Sin saber que le miraba
Espectro de maleficio.
Un buen día en Procesión
La Virgen se va encontrando
Con sorpresa lo va mirando
Lo interroga con pasión.
Todos sienten emoción
Por la voz que le contesta
Melancólica respuesta
Al escuchar su destino
Es tan triste su camino
Que no llore bien le cuesta.
Cierto día le ofrecieron
Riqueza, grandes monedas
Llenas muchas bodegas
Con quilates le dijeron.
No supo que le mintieron
Para su alma un dilema
Traicionar en forma extrema
A una cierta cofradía
Que danzaba en armonía
Todo por algunas gemas.
En la cueva se metió
Buscando las riquezas
Que al final son su pobreza
Y su cuerpo convirtió.
Engañado se quedó
Muy oculto en cordillera
Combatiendo con las fieras
Llorando su soledad,
Por su tibia liviandad
Corazón tiene de piedra.
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