TEXTO CRITICO EN SITIO LITERARIO

LEA EL ANALISIS DEL POETA FELIPE MONCADA SOBRE LA NOVELA ACONCAGÜINA
"LA VIRGEN DEL CAÑAMO"


http://letras.s5.com/fm170809.html



Durante el invierno del presente año, ha visto su aparición la novela La Virgen del Cáñamo, del joven autor sanfelipeño Lautaro Condell.
Se trata de una entrega muy esperada por los lectores cercanos, ya que fragmentos de esa historia venían siendo publicados en la revista La Piedra de la Locura, aunque faltaba la suma total, que ahora ve su publicación en formato de libro.
Y es justamente la fragmentación del relato, el recurso que elige Lautaro como estructura narrativa, figura que potencia el carácter de retazo histórico, de temporalidad confusa que tiene que ver con la fundación de un tiempo mítico en la novela. Aquello hace recordar de alguna manera la tradición de narraciones apócrifas, de supuestos manuscritos hallados, como podrían ser Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de E. A Poe, algunos textos de Borges, o la construcción mediante evidencias fragmentarias de La Invención de Morel de A. B. Casares. También hay un guiño, paródico quizás, a la arqueología bíblica, en particular al hallazgo de los rollos del Mar Muerto, ya que el texto de Condell simula distintas vertientes de origen: manuscritos encontrados al interior de chuicas, en prostíbulos, en entierros, o recopilaciones orales de décimas de cantores populares, situaciones generalmente vinculadas a los bajos fondos o locaciones campesinas no tradicionales. Y es la diversidad de las fuentes lo que determina también la técnica narrativa, pues Lautaro utiliza distintos narradores para dar curso a la historia, e incluso, muchos trazos del relato se describen en décimas, a la manera de los cantores a lo divino, tradición que por lo demás sigue vigente en muchas zonas del interior chileno.
Una manera de comentar la novela podría ser reproducir el argumento, comparar el relato con otros de congéneres, y exaltar la originalidad, debilidad o supuestos lugares comunes presentes en el texto: mecanismo-fórmula, que sin embargo lo podría realizar un algoritmo de solapa, pues no requiere adentrarse más allá de la superficie del texto. Por lo mismo me gustaría comentar en estas páginas las relaciones e ideas que provocaron en mi, un lector cualquiera, los elementos con que Condell tensa la historia, fábula que pasa a segundo plano, para lograr una mezcla poderosa de lo tradicional con lo fantástico, sin dejar de lado las heridas sociales y reiterativas, en cuanto a un campesinado visto como fuerza productiva, sin que se le permita sostener una dimensión de independencia ideológica por el régimen o iglesia de turno, que se sirven de la fe como analgésico para aceptar su destino de esfuerzo y trabajo.
La virgen del cáñamo me parece el resultado de una simbiosis de lo místico y lo festivo, pues en la novela se mezcla lo religioso-andino mediante las cofradías de chinos (que subsisten hasta hoy, siendo el autor alférez de una de ellas) y la religiosidad cristiana, aunque quizás aquello no constituya novedad, pues ha sido el curso natural de la fe en gran parte del territorio central de Chile, pero a eso Lautaro agrega una cosmovisión del cáñamo, más emparentada con las tradiciones alucinógenas andinas, pero con muchos elementos simbólicos del cristianismo: la anunciación, la virgen, el libro sagrado, la clandestinidad de los primeros cristianos, la persecución, y el martirio-tortura que tiene un doble ribete político para el caso de nuestro país.
Además, es el mundo de la fe campesina, un nicho altamente contingente, en cuanto a potenciales significaciones de interés global, por su preocupación natural por la ecología (las estaciones, la preservación de los bosques y lagunas, las especies animales, la riqueza como diversidad y no como acumulación), ahora que el cambio climático es un fenómeno real y no el discurso de apocalípticos de toda especie.
Otro elemento a notar son los elementos culturales que forman el universo de la novela, pues en los sucesivos escenarios aparecen cuatreros, prostíbulos, operarios de fábrica (que acaso tienen su continuidad en los actuales temporeros del valle de Aconcagua), cantores populares, brujos, cofradías de chinos, pacos y gendarmes. Todo un mundo de personajes que funcionan como piezas de ajedrez en un tablero rural y que configuran la eterna historia del abuso al campesinado, pues cada zanahoria que el verdulero limpia de un machetazo en la feria, cada trozo de palta que adorna el plato de un señorito capitalino, antes ha pasado por manos morenas y anónimas que regularmente han llevado la peor parte de este ajedrez histórico.
La fantasía que se logra en la novela dista mucho de ser escapista (condena que se ciñe generalmente sobre este tipo de literatura) o socialmente parabólica (como las buenas piezas de ciencia ficción), ya que se plantea quizás como una probable ramificación de la historia, pues a lo largo de las páginas se muestra un conocimiento de las redes campesinas y populares, que movilizan a gran parte del país a pesar de su invisibilidad.
Finalmente me gustaría referirme a la pérdida de lo sagrado en lo cotidiano, como síntoma de lo desechable urbano, y es en esa añoranza del mito, quizás donde la novela de Lautaro toca su cuerda romántica, pues hay una valoración por los utensilios cotidianos y los pequeños ritos, ya que los objetos (los cogollos de cáñamo, el cuenco, las flautas, las guirnaldas, las tinajas, las plumas) pierden su categoría de objeto seriado de consumo, para (re) convertirse en medios de transmisión de conocimiento y tradición, y es en ese gesto, donde está la radical diferencia de concebir la literatura como una loca carrera de Narciso, o bien como un camino lento, pero revelador, en que los objetos nombrados y las relaciones descubiertas, vayan tejiendo una trama con sentido, un telar histórico que va más allá de lo inmediato, disperso entre luces de artificio e impostura.

Valparaíso, julio del 2009
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ARTICULO

LEA EL ARTICULO APARECIDO EN LA ESTRELLA DE VALPARAISO, ACERCA DE "LA VIRGEN DEL CAÑAMO"
http://www.estrellavalpo.cl/prontus4_noticias/site/artic/20090717/pags/20090717001135.html

COMENTARIO

LA VIRGEN DEL CAÑAMO
DE LAUTARO CONDELL


138 PAGINAS 2009


¿Qué es la magia? ¿La ilusión? Tal vez, lo que el mago quiere hacernos creer, el mundo y lo que nuestros sentidos entienden por tal?

Al leer una novela podemos decir que es ficción, realista, costumbrismo, o cualquier otra clasificación que los teóricos hayan inventado, pero, nunca se nos ocurriría decir que es una mentira, existe nos atrapa, debemos leerla, saber en que termina, el destino de sus personajes, siempre y cuando, se supone, sea una buena historia.

Entonces, la pregunta: ¿Qué hace un joven en plena época postmodernista, escribiendo sobre Dioses Paganos, procesiones y saltos chinos? En este siglo donde la materia parece haber triunfado sobre la espiritualidad. Explora en el sentido de pertinencia, las raíces y el origen de su terruño, para presentarnos un relato inusitado y entretenido, pues bien, lo cierto es que no deja de ser sugestivo que la literatura sea un instrumento que a través de la historia ha tomado como tarea dar a conocer las falencias y aciertos del momento que le toca vivir; el escritor es el sensitivo y lúdico personaje que filtra de manera límpida los síntomas de ese sistema lleno de engranajes y piezas llamado sociedad.

Encontramos en este valle a Lautaro Condell, quien nos vuelve a sorprender con este libro, recordemos que ya a publicado Secándose a la sombra, Antología Carcelaria del año 2003 Editorial Amanecer )

Pero volvamos a la lectura de esta entrega; La Virgen del Cáñamo es una doncella Mapuche que tiene filiación familiar directa con el Valle de Aconcagua y por supuesto una relación estrecha con el Monte del mismo nombre, nótese, el mas alto de América del sur, “ Los dioses no viven en el cielo sino en la cumbre de estas montañas” será por eso que uno de los primeros en detenerse en este gran lugar fue el imperio Incaico dando tanta importancia a esta hondonada llena de agua y sol, donde todo florecía en su tierra sana y poderosa, no olvidar los túmulos funerarios y rituales a la Pachamama que por lo general se realizan en la altura de alguna colina encumbrada.

El tiempo en que transcurre la procesión, la persecución y el viaje, es inclasificable, parece lo más cercano al cariz que puede vivirse en el mítico pueblo de Pumazul, referencias que hacen recordar a Juan Rulfo y su Pedro Páramo.

La inclusión de las décimas y los cantos a lo Divino mas que a lo humano en una especie de recopilación alegórica, tan valedera como encantadora, nos lleva a la figura esencial del poeta-cantor-juglar, improvisador que nuestra tierra aun mantiene inmutable.

La memoria, el recuerdo, mas no como una ensoñacion individual, sino como el traspaso de los ancianos de una tribu a los mas jóvenes de su prole, frente a la fogata, personajes y formas de ver la realidad que se han perdido con las nuevas tecnologías y progresos; en este sentido el Baile Chino, con su Alférez, el bandolero, el linyera y tantos otros que bajan desde el cerro con la caravana de jumentos

Es definitivamente una novela poética, no puedo dejar de mencionar a la Diosa Griega Perséfone quien una vez al año corre por los campos llenando de flores y aromas toda la pradera, muy cercana al neopaganismo del poeta portugués Fernando Pessoa. Esta virgen del cáñamo trae en su ascenso el agua para nutrir los valles, el “Aguasanta” y la alameda de matas gigantes, que en los años setenta hicieron tan famoso al Aconcagua, me refiero a la producción de Cáñamo, mucho antes de la uva, duraznos y paltas, un dato importante en la manufactura de cannabis sativa, aparte de las suelas para alpargatas y limpia pies que todos conocemos, la industria del cáñamo era importantisima para la actividad de navegación marítima puesto que las sogas fabricadas con este material eran las únicas que podían mojarse y resistir el sol sin dañarse por mucho tiempo.

En consecuencia; el fragmento parece ser la estructura para adentrarse en esta narración, poco a poco desde la isla Mocha hasta el mismísimo monte Aconcagua los fieles cañameros irán dando a conocer su devoción por la madre salvadora, en este transitar invitamos a la lectura de esta novela apócrifa y absolutamente necesaria para los habitantes del “nuevo” tiempo.



POETA Carlos Hernández
Las Coimas 2009
Decreto que desencadena la persecución a los fieles, cofradías, cantores y cualquier forma de culto por La Virgen.

Decreto Supremo del Estado de Chile
Santiago de Chile, 14 de Marzo de 1956

Teniendo presente que:
Primero: Se ha detectado en todo el Valle Grande del Aconcagua, la aparición de un nuevo culto que mantiene un impuro ejemplo a la moralidad y las buenas costumbres, poniendo en duda la permanencia de las restantes iglesias cristianas en todo Chile, acompañado del consumo del vegetal llamado Cannabis, por parte de los seguidores de la llamada Virgen del Cáñamo.

Segundo: La presencia indebida e ilegal de la sustancia conocida como "Agua Santa", con serios atisbos de tener efectos alucinógenos, y que es consumida y entregada por los fieles al cáñamo, siendo ésta parte de su culto por La Virgen.

Tercero: La publicación de "EL Libro de La Virgen del Cáñamo", escrito que presenta ideas anticatólicas, contra las buenas costumbres y que alega por el consumo de los ilegales antes citados, teniendo además varios pasajes que incitan a la revuelta y anarquía, lo que va en contra de la constitución del Estado vigente.

Por lo antes mencionado El Gobierno de Chile, por intermedio de su Ministro del Interior ha promulgado el Decreto 187-9 del año 1956, que dicta lo siguiente:

Primero: Prohíbe el culto de La Virgen del Cáñamo en todos y a cada una de sus manifestaciones.

Segundo: Nombra al Capitán de ejército, Petronio Santis Bugueño, como el encargado de la captura y enjuiciamiento de las personas que fueran sorprendidas en ilícitos referidos al culto por La Virgen o cualquier acto que se relacione con éste.

Tercero: Las personas involucradas con estos hechos serán enjuiciadas conforme a la Ley de Defensa del Estado de este mismo año.
Anótese, publíquese y cúmplase
En donde se relatan los preparativos de La Virgen del Cáñamo para su viaje sobre La Ballena Blanca hacia la caleta de Horcón, con los consejos de MichimaLonco y las dudas de las sacerdotisas sobrevivientes, además del encuentro con su abuela Gabriela.

Una poderosa ráfaga de viento levantó los sagrados ropajes transparentes de La Virgen del Cáñamo, esparciendo por el cielo los tiernos cogollos morapios que habitaban el ojo santo cobijado entre sus piernas. También levantó el viento la mirada de la niña bendita, quien en silencio se vestía para el viaje de todos los años y que se había transformado ya, en la razón de su existencia. Pensando y queriendo iniciar de una vez por todas, la que podía ser la última de las procesiones, sacudía de sus pies florales la arena del tiempo, tratando de respirar frente al viento, como el espíritu de MichimaLonco le enseñara en alguna de sus charlas en esa playa del sur, forjando según decía, la voluntad de quién sería pronto divinidad.

La Virgen llevaría en su viaje un morral, recuerdo y rescate de su exilio, trenzado con las más finas fibras de la producción aconcagüina. En él guardaba huesos blancos de sus antepasados, harina tostada, un poco de mate, cuatro cruces de Cáñamo, ocho cintas verdes, ocho cintas rojas, ocho cintas azules, dos Rosarios de Aconcagua, un frasco con ungüento, murtas sueltas, semillas por miles, Tupa de la pasada temporada, un trago de Aguasanta del mismo valle, una bombilla, cuatro copihues secos, un Escapulario con su propia imagen, Changle, conchas y arena, plumas de Loicas y Bandurrias, una flauta de Piedra, una bandera con un cogollo dibujado y un pergamino con "El Libro de La Virgen del Cáñamo". Cubría su cabeza con un tejido de fibra cañamera teñida de rojo, al que había cosido piedras de colores, cintas y flores. Cogida a sus velos mantenía una enredadera viva de Copihues, que iba mágicamente capullando y floreciendo incesante por todo su cuerpo. Sus pies morenos envolvía en cueros de guanaco, atados con tripas de caballo. En la cintura, se dejaba caer un trozo de piel de Puma engalanado con espejos redondos y figuras que representaban los cuatro puntos forjados con cuarzo y lapislázuli. De sus cabellos verdes, colgaban flores de Cáñamo carmín que perfumaban todo lo cercano. Su imagen prístina la coronaba con una diadema de agua cristalina, que recorría como cascada su cuerpo de Diosa.
Verso en que se describe la idea y construcción del Torreón o "Torre de Pumazul", proyecto que Lautaro Condell realiza. En este lugar pasa sus primeros años La Virgen.


I
Cuando La Virgen nació
Su padre tuvo una idea
Construir la torre planea
En Pumazul la inició.
De madera blanca elevó
Bellísimo campanario
En el pueblo milenario
Van sonando las campanas
En la torre gran ventana
Se convierte en un santuario.


II
Otras plantas le florecen
De la Torre por sus lados
Del valle es contemplado
El jardín que resplandece.
No se apaga cuando oscurece
El campanario la infanta
Son hojas que agiganta
poderes de lo divino
Su secreto aconcagüino
Que resuena cuando canta.


III
Desde el valle se está viendo
El Torreón de Pumazul
Sostenido en el azul
De los cielos el firmamento.
Los fieles están contentos
Por la señal sacrosanta
De cogollos son sus plantas
Gigantescas y olorosas
Parecen como las rosas
Abrigadas con rojas mantas.


IV
Construida con Guayacán
Elevada es nuestra Torre
Es el centro de lo noble
Protegida por Pillán.
De araucaria es su altar
De durazno es su sagrario
De Cáñamo un escapulario
Con que reza la divina,
Con su voz nos ilumina
La Virgen el campanario.


V
Todos los fieles visitan
La Torre por poderosa
Por Sus colores frondosa
Al arcoiris imita.
Atalaya la bendita
En un valle que es agrario
Se convierte en un santuario
Que resuena cuando canta
Abrigada con rojas mantas
La Virgen el campanario.

Verso en que se describe el encuentro entre "La Virgen y El Culebrón", bestia que se aparece en los sectores cordilleranos y de tanto en tanto visita las ciudades.

En la cordillera helada
Se escondía el Culebrón
Para algunos fue visión
Por los fieles relatada.
Rocas tristes y pesadas
Cobijaban al lagarto
Nacido desde ese parto
De una bestia tan maleva
Que las niñas se las lleva
Provocando cien infartos.

La bestia tiene pasado
Como hombre muy normal
Lejos del bien y del mal
Ni alegre era, ni enojado.
Ni hablador ni muy callado
Era tibio en todo juicio
Aunque tenía prejuicios
Con los fieles que fumaban
Sin saber que le miraba
Espectro de maleficio.

Un buen día en Procesión
La Virgen se va encontrando
Con sorpresa lo va mirando
Lo interroga con pasión.
Todos sienten emoción
Por la voz que le contesta
Melancólica respuesta
Al escuchar su destino
Es tan triste su camino
Que no llore bien le cuesta.

Cierto día le ofrecieron
Riqueza, grandes monedas
Llenas muchas bodegas
Con quilates le dijeron.
No supo que le mintieron
Para su alma un dilema
Traicionar en forma extrema
A una cierta cofradía
Que danzaba en armonía
Todo por algunas gemas.

En la cueva se metió
Buscando las riquezas
Que al final son su pobreza
Y su cuerpo convirtió.
Engañado se quedó
Muy oculto en cordillera
Combatiendo con las fieras
Llorando su soledad,
Por su tibia liviandad
Corazón tiene de piedra.

EL
GIRO

En esta foto pueden ver una copia de un ejemplar de
El Aconcaguino.
Atiguo periódico publicado en los 50 en el Valle Grande del Aconcagua.
Se caraterizaba por ser un bastión de Resistencia ante las distintas caras de la injusticia.
Fue el único Medio que se interesó por el culto a la Nueva Divinidad.
LA
VIRGEN
DEL
CÁÑAMO,

Un episodio sin recuerdos en la Historia de Aconcagua.


El oculto culto por La Virgen de Aconcagua, arrancado trágicamente de nuestra siempre precaria memoria, es el argumento, el centro que mueve la novela aconcagüina, “LA VIRGEN DEL CÁÑAMO” del autor Lautaro Condell. Se compone de una serie de relatos fragmentarios que narran distintos episodios de esta increíble historia, desde la concepción de Esperanza, que es el nombre de la Santa, hasta su consagración a partir de “El Milagro del Agua”. Eso mencionando los recuperados, ya que algunos de los textos originales de “La Virgen” aún permanecen desaparecidos en medio de los cerros de Aconcagua cerca del Orolonco, lugar en donde fueron depositados, para que los nacidos décadas más tarde, supiéramos aquello que muchos no han querido recordar.
Esta experimental novela, escrita hace ya unos 50 años, rescata además, dos de las expresiones religiosas más fecundas, antiguas y valiosas del valle, como es el Canto a Lo Divino y la Danza Ritual Precolombina conocida como “Baile Chino”. El Canto lo integra, pues varios de los hechos en que La Virgen del Cáñamo es protagonista, son descritos mediante décimas, las cuales eran parte de la tradición con que fue venerada esta nueva deidad Aconcagüina y que en el libro han sido recopiladas.
Por su parte, El Baile Chino, danza que utiliza técnicas chamánicas para la inducción de “estados especiales de conciencia”
[1], y que se construye en torno a mudanzas, es decir, “cierto número de movimientos que se hacen a compás en los bailes y danzas”, fue parte también de este culto popular, que se generó a mediados de los 50 y que fue poco a poco alcanzando la fe de cientos y miles de personas.
Esta expresión pudo sobrevivir gracias a su enmascaramiento tras los lenocinios del valle, manera en que los fieles Cañameros disimulaban su acción religiosa, ya que se mantenía, por parte del estado Chileno, una férrea persecución que tuvo como fatal resultado, el exterminio de gran parte de los cofrades. Entonces no había alternativa más segura que estos lugares, en donde se realizaban cotidianamente pequeñas fiestas religiosas, además de las que llevaban a cabo en otros rincones furtivos.
Finalmente, y luego de su expulsión desde la costa de la V Región después de años en la “clandestinidad religiosa”, La Virgen inicia cada año La Procesión en la caleta de Horcón, territorio que hasta hoy mantiene sin saberlo, una especial relación con la espiritualidad Cañamera.
Como telón de fondo de esta “historia sin recuerdos”, se encuentra la producción de Cáñamo en el fértil valle. Sabido es que la “mitología criolla” ha puesto a este sector de Chile como una especie de “paraíso”, en el que la planta Cannabis, era parte de la cultura agrícola como hoy puede ser la uva o el cultivo del durazno. Es en este contexto en que la industria aconcagüina, pionera en este producto en Latinoamérica, se encarga por ejemplo, de la confección de las Jarcias de toda la Armada Chilena utilizada en la Guerra del Pacífico, como también parte de la que, la Armada inglesa, encargaba para sus buques. Estos datos no son menores, ya que permitían uno de los paisajes más asombrosos y apetecibles del planeta.


Con todo, la novela Experimental y Fragmentaria “LA VIRGEN DEL CÁÑAMO” nos devuelve a un imaginario telúrico, en que se retorna a la simbología ancestral del continente americano, proponiendo como punto de partida, el uso de la alucinación como camino hacia lo sagrado, como también una forma de recuperar en parte, la perdida sensibilidad indígena, invitando a preguntarse como alguna vez hizo el poeta, y por qué no retroceder?.
[1] “Con mi Flauta hasta la tumba”. Claudio Mercado, pag 44.